Señor Director
Liceo Experimental Manuel de Salas
Prof. Luis Sepúlveda Opazo
Señor Coordinador
Asignatura Artes Plásticas
Prof. Alejandro Zúñiga Zúñiga
Estimadas autoridades, profesores, alumnos y apoderados:
Con profunda sorpresa y tristeza nos enteramos del eventual despido de la profesora de arte Karine Hurtado. La sola noticia de que se reduzca personal en el actual proceso de racionalización presupuestaria del colegio es triste, pues parece primar un criterio económico por sobre una evaluación docente. Además de las obvias dificultades que deberán enfrentar los profesores apartados, es inhumano cargarlos además con el peso de decisiones arbitrarias.
Nuestras autoridades tienen el deber y la responsabilidad de fundamentar sus decisiones y, de cara a la comunidad, enfrentar con transparencia y objetividad las consecuencias de estas decisiones.
¿Por qué decimos esto? Porque, hasta donde sabemos, la dirección del liceo traspasó a los coordinadores de áreas la responsabilidad de sugerir nombres para la reducción de profesores, sin que mediara un proceso objetivo y reconocido de evaluación docente. Independiente del juicio respetable de cada coordinador, necesariamente su criterio es discrecional y su evaluación subjetiva. De allí se pueden derivar muchas injusticias, que son parte de un lastre que ya debiera haberse superado en nuestra comunidad, empeñada desde hace unos años en el mejoramiento de su gestión.
Los apoderados y alumnos que tuvimos la oportunidad de trabajar con la profesora Karine, estamos convencidos que este es, precisamente, un caso de enorme injusticia. En verdad, no nos explicamos qué razones se pueden esgrimir para esta decisión: como profesora de Artes Plásticas, revolucionó la pedagogía habitual llenando sus contenidos de relaciones nuevas, de miradas novedosas y de una vitalidad que infundió mística y trajo aires nuevos a una asignatura que a veces parece desfallecer por falta de estímulo; como profesora jefe lideró un curso hermoso y con excelentes resultados académicos y humanos, donde imperó el sentido grupo, de diversidad y solidaridad; en las reuniones de apoderados se hablaron temas nuevos, nos reímos con sus payasadas y nos emocionamos con sus poemas, y siempre sentimos la acogida a nuestras preocupaciones; verla interactuar con sus alumnos (en la sala, en el patio, en la calle o en nuestras casas), era apreciar una relación de compromiso, de respeto, de fina e intuitiva percepción emocional y de profundo cariño.
¿Qué más se pretende que sea un profesor? ¿Un educador que trasmite con habilidad sus conocimientos, valores y experiencia? ¿Un guía que conduce con cariño el crecimiento académico y humano de sus alumnos y que aprende con ellos? ¿Un líder que infunde entusiasmo, convicción y determinación? ¿Un adulto cercano que acoge con cariño las inseguridades y frustraciones de nuestros hijos, fortaleciendo su autoestima y respeto? Nosotros aprendimos a valorar en Karine todos estos aspectos y muchos más. Por supuesto, tiene sus zonas oscuras y sus complejidades. Pero, ¿quién no las tiene? Puede ser excéntrica y contestataria, poniendo a prueba nuestra tolerancia a la diversidad. Puede colapsar por auto exigencia, poniendo sobre la mesa la necesidad de mayor flexibilidad. Pero estamos convencidos que en la balanza de virtudes y defectos, estos últimos solo parecen mezquinos reparos a una maestra y persona excepcional, que en poco tiempo se transformó en un potente y carismático aporte a nuestra comunidad.
Sinceramente esperamos que se esté a tiempo de detener una enorme injusticia y de cometer un todavía más grande desacierto con los alumnos del colegio: ellos necesitan mejores docentes, en todo el sentido de la palabra, y no profesores más dóciles o menos disruptivos.
En una carta de agradecimiento, en julio de este año, escribimos:
“… Su carisma, creatividad, entrega y cariño por sus alumnos fue más fuerte. Poco a poco se ganó nuestro respeto y la convicción de que tras su modo exótico, su actitud acelerada y humor intelectual, se encontraba una singular manera de mirar la vida, una vitalidad contagiosa y un gran amor por la actividad docente.
Este es el testimonio que deseamos dejar. Creemos firmemente que nuestro curso no habría sido el mismo sin la dirección de Karine. Ella conoció y guió con esmero a cada unos de sus alumnos, y nosotros conocimos a una maestra que ama su oficio y que contagia lúdicamente las ganas de crear y aprender.
Por supuesto que su trabajo no fue aislado ni solitario. Muchos otros profesores dejaron una significativa huella en el curso: Alejandro Zúñiga, Claudia Paredes, Alejandra Aguirre, Carlos Calderón y tantos más. Pero la profesora Karine aglutinó estos aportes y les dio un sentido común, un norte y un camino.
No queremos que pase más tiempo sin expresarle nuestro respeto, aprecio y agradecimiento”.
No es mero protocolo o diplomacia estas palabras. Esperemos que contribuyan a una reflexión necesaria y a repensar una decisión que, estamos seguros, no es justa ni razonable.
Los alumnos lo merecen. Lo merece el colegio. También es un gesto de reparación mínimo a una profesora que se ha entregado de corazón.
Apoderados 4º D 2007
Jueves 27 de noviembre de 2008
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